La vida de las cosas
Frágil como la vida de las cosas,
Así surgió la poesía del rojo más sangrante
de las rosas,
Rosas que tristes en mis pupilas
me acarician el alma y suavizan los pensamientos.
Pasajera como la vida de las cosas,
y errante y doliente,
regresando a mi naturaleza intrínseca,
anhelando ser de hojas, inconforme de ser cartón.
Libre, enamorada,
irreverente como la vida de las cosas.
Fugaz, embravecida,
gigante como el océano al romper las olas.
Confusa como la vida de las cosas,
nostálgica, perdida,
conociendo cielos estrechos por dentro
y el infierno de los odios y los amores.
En fuego, encendida como la vida de las cosas,
adicta de la señora locura,
mi madre, mi prostituta, mi cárcel y mi solución.
Traviesa, inocente como la vida de las cosas,
bohemia y mártir,
borracha, unas veces cuerda, otras tantas loca.
Y soy melancolía y soy fuerza.
También muerte, también esperanza.
Porque cuando se trata de la vida de las cosas,
sólo hay una oportunidad sin más
todo es efímero
todo es frágil
todo es pasajero.
Así es mi vida, libre,
como la vida de lo demás.
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