Llovizna en septiembre

Te conocí en septiembre.Llegaste a mi vida como la lluvia de septiembre.Y la miel de tus ojos, se volvió una adicción.Tus manos grandes, un delirio estrictamente prohibido, de aquellos en los que se va la vida, se me va la vida soñando en tus manos como mi sábana. En la intensidad de tu mirada curiosa y una sonrisa. Ya ni la brisa mojada me ha enfermado tanto como tu sonrisa.Ha pasado tanto tiempo, muchos meses; suspiros que he dejado escapar incontables como las etrellas de la noche. Y la Luna cómplice, me palmea la espalda, murmurando que ya llegará el momento de sacarte del fondo de las botellas.Con permiso.Me colgaré en tus pestañasy beberé de tu risa suave el elixir que necesito para permanecer viva.Ya no, ya no quiero morir si me dejas dormir en tu abrazo. Cada noche, cada sueño.Y tus manos como mi sábana cubriéndome toda de nostalgia.Mírame con esos ojos descalzos, deja que escape el pudor.No cierres la puerta,deja entrar la llovizna de junio,deja que nos bañe la Luna.Y cerremos los ojos.Remontémonos a septiembre y a tu mirada perdida,una patria en llamas,tu risa discreta,una invitación de papely un beso de algodón y luces.Mi fe en tu razón,mi corazón en tu fe.Y me extinguí de repente. Te conocí de negro.Ya no, ya no era mía.Me esfumé con la llovizna.Ya no era mía,era toda de ti.Por favor, no te vuelvas a ircomo la lluvia y septiembre...

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